viernes, 24 de agosto de 2012

Novena

Adaptación de la Novena a la Mare de Deu de L'Oreto de escrita por el Siervo de Dios y Mártir Rvdo. D. José Chover Madramany y publicada por la Parroquia San Andrés Apóstol de L'Alcudia http://www.parroquiasanandres.org/Oreto.htm ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS. Santísimo Cristo de la Agonía, que nacisteis dando tan nueva luz al mundo, que resplandece en los más remotos climas, siendo el Sol que desterró las tinieblas de la culpa en que estaba sumergido el mundo; seáis enhorabuena bienvenido; seáis bienvenido a ser modelo de todas las virtudes; seáis bienvenido a ser, por tu cruz, esperanza del perdón de nuestras culpas; seáis bienvenido a ser depositario de todos los bienes del Padre; seáis bienvenido a ser delicioso jardín cuyas plantas y flores tienen virtud para la salud de nuestros cuerpos y nuestras alma; seáis bienvenido a ser el Hijo de Dios, a quien seremos toda alabanza, todo honor, toda gloria por eternos siglos. Amén. Oración del día. Por el poder y gloria que sobre todas las criaturas dio el Padre Eterno a su Hijo. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Por la sabiduría y virtudes con que fue adornado el Salvador de todos los hombres y mujeres. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Por el amor con que el Espíritu Santo inflamó el corazón de Cristo. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Pídase la gracia que se desea alcanzar en esta novena. Recomendación al Cristo de la Agonía y conclusión para todos los días ¡Oh soberano Hijo de Dios, Santísimo Cristo de la Agonía! Muy confiados en tu poderosa protección, y en tus inagotables misericordias te encomendamos nuestras almas y nuestros cuerpos, y depositamos en tus manos toda nuestra esperanza, todos nuestros deseos, todas nuestras angustias y miserias hasta el fin de nuestra vida, para que por tu intercesión y méritos se dispongan y encaminen todas nuestras obras a cumplir tu divina voluntad, y te suplicamos que por esta novena que con afecto y devoción celebramos, nos libres de los males que nos puedan dañar el alma y el cuerpo, para conseguir así la gloria que gozas con el Padre y el Espíritu Santo. Amén. DÍA PRIMERO. Arca de la Alianza. Santísimo Cristo de la Agonía, tú cruz es la verdadera Arca de la Alianza, pues si en la otra se depositó el maná que sirvió de alimento a los israelitas, ella fue la depositaria del verdadero maná de gracias celestiales, que alimenta a todo el mundo; y si se guardaron en ella las tablas de la Ley, tu cruz mostró a todos los hombres y mujeres la nueva Ley. Santísimo Cristo de la Agonía, haz que podamos recibir dignamente tu cuerpo y la sangre y que guardemos tus palabras en nuestro corazón, así como alcanzar el favor particular que deseamos en esta Novena, y que sea todo para honra y gloria tuya. Amén. DIA SEGUNDO. Aurora. ¡Oh, Santísimo Cristo de la Agonía! Tú que fuiste la Aurora más prodigiosa, porque si al amanecer ésta, experimentan los enfermos alivio en sus dolencias, cuando tu viniste al mundo, todo el linaje de Adán, enfermo por el pecado, comenzó a recobrar la salud. Te rogamos que intercedas por todos los enfermos que con verdadera devoción te invocan. Alcanza pues, Aurora, la perfecta salud a todos los enfermos de nuestro pueblo, tanto de alma como de cuerpo, para que la empleen al servicio de Dios, y te pedimos nos concedas a nosotros el favor que te suplicamos en esta Novena, si conviene para nuestra salvación. Amén. ÍA TERCERO. Sol. ¡Santísimo Cristo de la Agonía! Tú eres el Sol que nace de lo Alto; porque si el Sol nace para buenos y malos, y a nadie esconde sus rayos, tú desde tu cruz beneficias a todos, y a nadie le niegas los rayos de tu caridad y amor; desde ella por los pecadores intercedes para el perdón de los pecados y a los buenos para que perseveren en la virtud. Te pedimos, Santísimo Cristo de la Agonía, que no nos prives de tu amor, ni del fruto que esperamos conseguir en esta Novena, para alcanzar los bienes eternos. Amén. DÍA CUARTO. Luna. ¡Santísimo Cristo de la Agonía! Tú eres la Luna más hermosa de la Iglesia; porque si la Luna proyecta los rayos del sol para iluminar a los que caminan en tinieblas, tú proyectas los rayos del Padre para iluminar a los pecadores para que salgan de la oscuridad de la noche. Innumerables son los que han llegado ante ti más oscuros que la noche y les has dado luz para salir de tanta oscuridad por medio de los Sacramentos. No permitas que nadie salga de tu Ermita sin las luces de la gracia; dirige nuestras acciones para que podamos alcanzar lo que pedimos en este día, y que sea para gloria de Jesucristo, tu Hijo y nuestro Señor, así como para el provecho de nuestras almas. Amén. DÍA QUINTO. Estrella. ¡Santísimo Cristo de la Agonía! Tu cruz es la Estrella del Oriente, porque si aquella llenó a los Magos de alegría, y les sirvió de guía hasta Belén para adorarte, tú llenas de alegría a cuantos tienen la fortuna de verte, y desde ella atraes los corazones de las personas. Y como eres excusa de nuestras alegrías, alegra a los tristes, consuela a los afligidos, para que todos, alegremente proclamemos las misericordias del Padre y alcancemos la gracia que te pedimos. Amén. DÍA SEXTO. Nube. ¡Santísimo Cristo de la Agonía! Tú eres la hermosa Nube de Elías; porque si aquella, puesta sobre el monte Carmelo, dio abundantes aguas en tiempo de mayor sequedad, tú desde tu Ermita intercedes ante Dios para que tengamos lluvias beneficiosas que fertilicen nuestros campos. Haz también que la tierra seca y estéril de nuestros corazones, fertilizados con la lluvia de tu gracia, produzca en nosotros abundantes frutos de buenas obras y logre el favor que deseamos alcanzar en esta Novena, y el premio de la vida eterna. Amén. DÍA SÉPTIMO. Iris. ¡Santísimo Cristo de la Agonía! Tú eres el hermoso Arco Iris que el Señor ha puesto en el cielo de la Iglesia; pues si el Iris es señal de alianza con Dios y los hombres, y de serenidad en las tempestades, tu cruz es la señal del pacto de amor entre Dios y los hombres. ¡Cuántas veces las tempestades más terribles, que amenazaban la total ruina de nuestros campos, se han desvanecido por la intercesión y confianza en tu Sagrada Imagen venerada en lo alto de la colina! Te pedimos, Santísimo Cristo de la Agonía que nos auxilies y nos ayudes en las dificultades y tentaciones de cada día, con el fin de que con quietud y paz interior podamos venerarte, y en esta novena alcanzar lo que en ella pedimos. Amén. DÍA OCTAVO. Cedro. ¡Santísimo Cristo de la Agonía! Tú eres el Cedro más elevado del Líbano; porque a todos los árboles místicos, que son los justos y los santos, les excedes en la gracia y santidad. Es el Cedro árbol incorruptible que con su olor ahuyenta las serpientes, y con sus aromas sana a los enfermos. Tú eres el único preservada de la corrupción del pecado, el que con el aroma de tu virtud aparta las serpientes, por tu intercesión sanan los enfermos. Te pedimos que nos preserves de las tentaciones y del pecado y nos concedas la salud del alma y cuerpo para venerarte todos los días de nuestra vida. Amén. DÍA NOVENO. Palma. ¡Santísima Cristo de la Agonía! Tú eres la Palma exaltada en Cadés, porque si la Palma tiene en sus hojas formas de mano, y sus frutos son más dulces que la miel, Tú tienes siempre las manos abiertas para dar, como das a todos con abundancia de fruto, intercediendo ante el Padre; y así como la palma extiende sus ramas por todas partes, así se extienden tus brazos sobre nosotros, tus hijos. Nos acogemos, pues, bajo la sombra de tu cruz, para lograr los frutos dulces de tu patrocinio; y si la Palma se da al que vence, ayúdanos a vencer y ganar en las tentaciones, para poder cantar las misericordias del Padre. Amén.